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domingo, 18 de enero de 2009

El drago canario



H
ay árboles que llaman la atención por su tamaño, otros por su forma, otros por su longevidad. El drago de Canarias (dracaena draco), asombra al hombre por todo eso y mucho más. Desde hace miles de años, el mítico arbor draconis ha estado envuelto en una aureola de misterio que le acompaña hasta nuestros días. Dice la leyenda, que los dragones, al morir se convertían en dragos. Este fósil viviente, es con todo merecimiento, uno de los símbolos de las Islas Canarias y quizá, el mayor tesoro de la flora española.

El Drago Milenario de Icod de los Vinos (Tenerife) es el más grande y longevo que se conoce. Mide unos 17 metros de altura y la base del tronco tiene un perímetro de 20 metros. Su copa es enorme, con casi 300 ramas y un peso de unas 80 toneladas. Al tronco se le calcula un peso de 65 toneladas.

Viendo la curiosísima forma del drago, no es de extrañar que fuese considerado por los antiguos habitantes de las Canarias, como un árbol divino.Sin duda, una de las razones por las que se ha elevado el drago a la categoría de mítico, es su linfa roja, conocida como sangre de drago. Apreciada desde la antigua Roma, donde la empleaban como colorante y panacea para todos los males. El interés por la sangre del drago se extendió a lo largo de los siglos y de todo el continente europeo. Al final, los usos eran tan variopintos, que incluso se barnizaba con esta savia los metales para protegerlos de la herrumbre. Afortunadamente, los humanos hemos descubierto otros productos muy efectivos para eliminar el óxido y en la actualidad los escasísimos dragos en estado salvaje están protegidos del vampirismo humano.

Ved estas curiosas imágenes donde se recrea el carácter mágico del drago canario personalizándolo.



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